La
policía norteamericana pudo frenar a tiempo a dos personas que habían
formado parte de un plan para terminar con la vida del popular cantante
canadiense.
Se trata de Dana Martín, un hombre que tiene cadena
perpetua y está obsesionado con Justin Bieber, tiene un tatuaje con su
cara en una de sus piernas, y había ideado un plan para secuestrarlo,
castrarlo y luego matarlo durante uno de los recitales del cantante en
el Madison Square Garden.